Cuando el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, especuló que Estados Unidos podría haber desarrollado una manera para hacer un arma con elcáncer, parecía un caso para los Expedientes X y los teóricos de conspiraciones.
Esto sucedió después de que varios líderes latinoamericanos fueron diagnosticados con la enfermedad. La lista incluye al ex presidente argentino Néstor Kirchner (de colon); Dilma Rousseff, de Brasil (linfoma); su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva (de garganta); el propio Chávez (desconocido); ex mandatario de Cuba Fidel Castro (de estómago); Evo Morales, de Bolivia (nasal), y Fernando Lugo, de Paraguay (linfoma).
¿Qué tienen en común todos además del cáncer? Son líderes de izquierda. ¿Coincidencia? En su discurso del 28 de diciembre de 2011 a las Fuerzas Armadas venezolanas, Chávez sugirió que EU podría haber encontrado una manera de producirles cáncer a los líderes latinoamericanos.
“¿Sería tan extraño que hayan inventado la tecnología para difundir el cáncer y que no nos enteremos hasta dentro de 50 años?” preguntó Chávez. “Es muy difícil de explicar, hasta con la ley de las probabilidades, lo que les ha estado pasando a algunos líderes en América Latina. Es muy extraño por decir lo menos” añadió.
Chávez dijo que recibió una advertencia del ex líder de Cuba, Fidel Castro, que ha sobrevivido a cientos de intentos de asesinato fallidos. “Fidel siempre me ha dicho ‘Chávez, ten cuidado. Esta gente ha desarrollado tecnología. Has sido muy descuidado. Cuida lo que comes, lo que te dan de comer… una pequeña aguja y te inyectan no sé qué’” dijo.
¿Suena exagerado? WikiLeaks reportó que en 2008 la CIA le pidió a su embajada en Paraguay que obtuviese todos los datos biométricos, incluyendo el ADN, de los cuatro candidatos presidenciales.
Los teóricos en conspiraciones caribeños creen que la CIA también tuvo que ver en las muertes del activista por los derechos civiles de Trinidad y Tobago y pan-africanista Kwame Ture, el legendario icono del reggae Bob Marley y el primer ministro dominico Rosie Douglas.
Durante la investigación del Comité Selecto del Senado de EU, sobre los complots de asesinato de la CIA a líderes del extranjero en 1975, se reveló que la agencia había desarrollado una pistola con dardos venenosos que causaban ataques cardiacos y cáncer.
La pistola disparaba un dardo con una punta con veneno líquido congelado, del grueso de un cabello humano y de un cuarto de pulgada de largo, que podía penetrar la ropa, era casi imposible de detectar y no dejaba rastros en el cuerpo de la víctima.
Kwane Ture, o Stokely Carmichael, el radical ex líder de los Pantera Negra que inauguró el Movimiento del Poder Negro de 1960, murió afirmando que la CIA lo había envenenado con cáncer. Ture murió de cáncer de próstata a los 57 años, en 1998. Su amigo, artista multimedia y activista Wayne Rafiki Morris afirmó que Ture dijo “sin duda” que la CIA le indujo el cáncer.
Bob Marley murió de melanoma en 1981. Tenía 36 años. El reporte oficial es que contrajo cáncer en 1977 después de lastimarse un dedo del pie, que nunca sanó, mientras jugaba futbol. Los teóricos de conspiraciones alegan que Marley recibió de Carl Colby, hijo del ex director de la CIA William Colby, un par de botas con un trozo de alambre de cobre en su interior, que estaba cubierto con una sustancia carcinogénica que pinchó su dedo gordo.
En lo referente a zapatos envenenados hay una atemorizante similitud entre Marley y Castro. En el caso de Marley, presuntamente la CIA utilizó cáncer en sus botas; para Castro, colocó las altamente venenosas sales de talio en sus zapatos.
Después de solo ocho meses de haber sido electo primer ministro de Dominica, el político radical Rosie Douglas fue encontrado muerto en el piso de su residencia en 2000.
La causa de muerte fue dictaminada como el resultado de un ataque masivo al corazón. Su corazón era del doble de su tamaño normal. Como en el caso de Ture y Marley, hacía ejercicio con regularidad.
El hijo mayor de Douglas, Cabral, insistió en que su padre había sido asesinado y también sugirió la participación de la CIA. En 1998, se reportó que Moshood Abiola, el hombre que se piensa que ganó las elecciones de 1993 en Nigeria, había muerto de un ataque al corazón después de que le dieron un coctel que expandió su corazón al doble de su tamaño.
Jack Ruby, asesino de Lee Harvey Oswald, el presunto asesino del presidente de EU John F. Kennedy, murió de cáncer pulmonar en 1967. Lo extraño es que las células cancerosas no eran del tipo que se origina en el sistema respiratorio. Le dijo a su familia que le habían inyectado células de cáncer en prisión, cuando había sido tratado con inyecciones por un resfriado. Murió justo antes de testificar ante el Congreso.
El bombardero de Lockerbie, Abdelbaset al-Megrahi, desarrolló cáncer terminal. El líder del partido de oposición canadiense, de tendencias izquierdistas, el Nuevo Partido Democrático (NPD), Jack Layton, murió —de una forma de cáncer no dada a conocer— en 2011. Parecería que tener tendencias de izquierda puede ser peligroso para la salud.
Desde 1953, los rusos usaron microondas para atacar al personal de la embajada de EEUU en Moscú, Rusia. Un tercio del personal eventualmente murió de cáncer a causa de la irradiación de microondas. Imagine lo avanzada y sofisticada que se ha vuelto en el presente la tecnología del asesinato.
Investigaciones de Silvia Consuegra